El asedio al santuario de santa María de la Cabeza en Andújar.

foto del santuario tras el asedio redjaen.es

Foto del santuario tras el asedio. Fuente: redjaen.es

Today’s entry is dedicated to the siege of the sanctuary of santa María de la Cabeza (near Andújar) which happened between September 1936 and May 1937. This situation started when Franco’s supporters in the province of Jaen went to that building after the failure of the coup d’état of 18th July 1936 in that province. This church was soon surrounded by loyal militiamen of the democratic government of the Spanish Republic. Calm and tense moments alternated during this siege until April 1937, when the siege ended with the victory of the Republican troops and the surrender of the besieged on 1st May 1937.

La entrada de hoy está dedicada al asedio que ocurrió en el santuario de santa María de la Cabeza (cerca de Andújar) entre septiembre de 1936 y mayo de 1937. Fue un episodio que empezó cuando se encerraron en este edificio los partidarios de Franco en la provincia de Jaén, tras el fracaso del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 en dicha provincia. En este cerco, llevado a cabo por milicianos fieles al gobierno democrático de la República Española, se alternaron momentos de tensa calma con los una intensa actividad bélica hasta que a mediados de abril de 1937 se procedió a un asalto final que terminó con una victoria para las tropas republicanas y la rendición de los sitiados el 1 de mayo de ese año.

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El militar republicano Antonio Cordón. Fuente: asedioalsantuario.com

El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 estuvo protagonizado por los elementos más conservadores del ejército y de la sociedad española de la época y tuvo su origen en su rechazo al programa reformista que estaba llevando a cabo el gobierno republicano. Con el revés que tuvieron los golpistas en parte del país, se esfumó la posibilidad de una rápida toma del poder  por su parte y el inicio de la guerra civil. En la provincia de Jaén, el fracaso del golpe vino por varias causas, la escasa presencia de militares que apoyasen la sublevación, que en ese momento eran 1 compañía de 80 agentes de Guardias de Asalto (GA en adelante) y 6 compañías de la Guardia Civil (GC en adelante) que sumaban en total 650 agentes, la indecisión de los falangistas y de otros golpistas (a pesar de la presencia del capitán de infantería Eduardo Gallo, que era su contacto), especialmente del teniente coronel de la GC Pablo Iglesias Navarro, de sus ayudantes los comandantes Eduardo Nofuentes e Ismael Navarro y por la organización que presentaron los militantes del Frente Popular y de las organizaciones obreras, que impidieron que esta insurrección triunfase.

El mismo 18 de julio, el entonces gobernador Luis Rius Zunón envió un telegrama a Madrid mostrando su adhesión y declarando el control en la zona. Los leales al gobierno en la provincia empezaron pronto a organizarse en milicias ciudadanas con la ayuda de diputados como Vicente Uribe (PCE), Vicente Sol (Izquierda Republicana) y Alejandro Peris (PSOE), que tomaría el mando de estas milicias que se estaban creando, y que habían empezado también a recoger armas (el gobernador, reacio al principio, permitió la entrega de armas poco después)  y patrullar el territorio en un intento por controlar la inestabilidad que se había producido como consecuencia del golpe. En medio de este clima, y a pesar que hay cierta desconfianza hacia los agentes de la GC, se permite que dejen sus puestos y se concentren en los cuarteles de Jaén, Linares, Úbeda, Andújar, Martos y Villacarrillo. Sin embargo esto fue una medida temporal, ya que desde principio de agosto de 1936, bien transportados en camiones o por tren, estos agentes, sus familias y también algunos falangistas y sacerdotes, estaban llegando hasta la sierra de Andújar para refugiarse en la ermita de santa María de la Cabeza, y en el palacio situado en el paraje conocido como Lugar Nuevo, junto a la margen izquierda del río Jándula.

Los grupos más numerosos llegaron entre los días 16 y 18 de agosto, y, pronto se organizaron bajo el mando del capitán de la GC Santiago Cortés. Pese a lo que dijo la propaganda de la dictadura, al principio la situación fue de relativa calma. Los nuevos habitantes del santuario empezaron a reunir suministros médicos, comida (garbanzos, judías, lentejas, salazones, embutidos, leche condensada, etc.), así como una gran cantidad de armas y municiones. También bajaban a diario a Andújar a por alimentos y atención médica. Se comunicaban por radio, telégrafo y heliógrafo.

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Santiago Cortés, cabecilla de los sublevados en el asedio. Fuente: asedioalsantuario.com

La situación se puso tensa hacia el 24 de agosto, cuando dos oficiales de la GC apellidados Reparaz y García del Castillo, que estaban al mando de unos 200 agentes, engañaron al general del EPR José Miaja y desertaron hacia las filas de los rebeldes en la provincia de Córdoba, con lo que el ambiente se enrareció muchísimo en la zona del santuario y alrededores. A pesar de todo, hubo negociaciones para evitar una situación de cerco que muchos tenían ya en mente. Llegados a este punto, me gustaría decir que a pesar de lo que manifestaría la propaganda de la dictadura de Franco, la GC no se sumó en bloque al golpe, se dividió en porcentajes muy parecidos en la provincia de Jaén entre los que fueron leales al gobierno y los simpatizantes del golpe.

Pese a que la segunda quincena de agosto fue bastante intensa, hay autores que consideran que el cerco al santuario comenzó el 14 de septiembre de 1936. Ese día, el comandante sublevado Eduardo Nofuentes había llegado a un acuerdo con representantes del gobierno para evitar un más que probable asedio, que permitía la evacuación de los encerrados en el santuario. Según se dice, Santiago Cortés enfureció cuando se enteró de este acuerdo y mando detener a los milicianos allí presentes y al propio Nofuentes y a su familia, que pasarían como prisioneros en el santuario todos los meses que duró el asedio. Un grupo de 35 agentes de la GC pudo escapar en el último minuto, aunque no pudieron evitar ser tiroteados por los hombres de Cortés. La respuesta del gobierno fue mezclar las medidas de fuerza y las negociaciones, con el envío de milicianos y de agentes GA y de la GC que eran leales para vigilar la zona y de un delegado, Lino Tejada, para convencer a los encerrados que renunciasen a su actitud, cosa que no consiguió y a finales de septiembre renunció a su puesto y se marchó. Entre el santuario y el palacio de Lugar Nuevo, se encerraron unos 318 combatientes y cerca de 870 civiles, aunque la cifra puede variar, ya que hubo rendiciones y de vez en cuando llegaban personas que querían estar con los sitiados.

A pesar que hubo ataques desde el principio del asedio, (el primer bombardeo lo llevaron a cabo 5 aviones del EPR el 15 de septiembre), desde octubre-noviembre de 1936 hasta enero de 1937, los ataques republicanos fueron débiles. Si bien el número de milicianos que rodeaba el edificio era alto, se calcula unos 1.500 milicianos al mando del oficial Agustín Cantón, era mayor que los sitiados. Al no ser soldados profesionales, su capacidad militar era bastante limitada y no disponían de mucha artillería. El propio general del EPR Antonio Cordón, comentaba en sus memorias como movían las escasas piezas de artillería que disponían para dar la impresión que eran más. En cuanto a los sitiados, la gran acumulación de alimentos les permitió aguantar sin demasiados problemas la dureza del asedio, pero en cuanto la comida empezó a escasear y llegó el invierno (que ese año fue bastante frío y lluvioso), empezaron a recibir abastecimiento por parte de los aviones (Junkers de fabricación alemana sobre todo) que los rebeldes tenían en Córdoba y Sevilla. En total y durante todos los meses que duró el asedio, se realizaron cerca de 157 misiones de abastecimiento, así como de bombardeo de las posiciones republicanas de los alrededores.

Cuando el general sublevado Queipo lanzó la llamada Ofensiva de la Aceituna entre diciembre de 1936 y enero de 1937, que culminó en la batalla de Lopera (ver entrada anterior), los sitiados creyeron que iban a ser liberados, ya que el gobierno tuvo que retirar tropas que estaban asediando el santuario para contener el avance de los rebeldes en esa parte de la provincia. Esta situación no fue la única en la que el gobierno de la República tuvo que retirar soldados para incorporarlos a las necesidades de otros frentes.

Entre enero y febrero de 1937, debido al mal tiempo (continuaba al frío y la lluvia), hubo un estancamiento en los ataques del EPR al santuario, aunque hubo algunos de gran intensidad. Para los sitiados, las condiciones de vida empeoraron. Si bien pudieron hacerse entregas aéreas los días 7, 16, 20, 22 y 23 de febrero, no pudieron hacerse más debido a que los temporales dificultaban los abastecimientos. Ante esta situación, algunos de los encerrados buscaron comida entre las plantas silvestres que crecían en la zona, lo que dio lugar a algunos casos de envenenamiento, ya que muchos desconocían el tipo de plantas que crecían allí. La disminución de la entrega de comida en marzo (sólo se hicieron los días 15, 16, 19 y 20), más el fracaso de una nueva tentativa para liberarlos (las tropas sublevadas de Queipo fueron rechazadas en el sector de Pozoblanco por las del republicano teniente coronel Joaquín Pérez Salas), hicieron mella en la moral de los sitiados.

Es precisamente a principios de marzo de 1937, cuando el mando republicano reorganizó su ejército en un intento de ser más efectivo. Los nuevos mandos en la zona, el general Antonio Cordón y sus ayudantes los coroneles Gaspar Morales y Martínez Cabrera, decidieron que no querían otro episodio como el de alcázar de Toledo, con el agravante además que la iglesia de santa María de la Cabeza, estaba en la retaguardia republicana en aquel momento, y aprovechando que la moral republicana se encontraba muy bien tras la victoria del EPR en Guadalajara, trazaron un plan que tenía que culminar con la toma del santuario.

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Foto del santuario tras batalla. Fuente: redjaen.es

Con dificultades, se inicia un despliegue de material y soldados ente finales de marzo y principios de abril. El 7 se lanza un ataque de artillería que culminó con la toma de los cerros de Los Madroños y de las Piedras por parte de los soldados del EPR y con la toma del palacio del Lugar Nuevo el 12 de abril por la noche. Fue este un duro golpe a la moral de los sitiados, pues sabían que se jugaban mucho en aquel paraje y Cortés había enviado refuerzos. Las Brigadas Mixtas del EPR número XVI, LXXXII,  XCI y CXV, tuvieron especial protagonismo en estos combates librados desde mediados de mes. Como represalia a estos ataques, los rebeldes bombardearon Andújar el 16 abril, causando unas 100 víctimas.

Entre el 23 y el 30, se alternaron los momentos de tranquilidad, en los que intervino la Cruz Roja para atender a heridos y hubo negociaciones para conseguir una rendición pactada, con los de preparativos para realizar el asalto final. Esto finalmente tuvo lugar el 1 de mayo a las 4:30 de la mañana, cuando la infantería, que rodeaba el complejo, lanzó un ataque frontal en el que intervinieron unos 2.200 soldados (Deltell y Extremera), artillería y unos 10 tanques T-26 republicanos, que tuvieron que esquivar las minas que los rebeldes habían puesto. Los combates duraron hasta las 15h, cuando Cortés fue herido por una granada (moriría al día siguiente como consecuencia de las heridas). Poco antes de las 15:30, un agente de la GC apellidado Herrera enarbolaba la bandera blanca de la rendición y los soldados republicanos entraban en las ruinas del edificio. El poeta Miguel Hernández, que se encontraba allí, escribió sobre este acontecimiento en el periódico Frente Sur.

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El poeta Miguel Hernández durante el asedio, es el 3o por la derecha en abril 1937. Fuente: juanfernandezkrohn.blogspot.com

Con la toma del santuario terminaron casi 9 meses de duro asedio. Los sitiados tuvieron unas 150 bajas y los republicanos una cifra similar, hubo cientos de heridos. Los civiles que se habían encerrado fueron llevados a la provincia de Ciudad Real mientras que los combatientes fueron llevados a diversas cárceles de Valencia, donde permanecieron hasta el final de la guerra civil. Durante la dictadura de Franco, este episodio fue mitificado en exceso por la propaganda de dicho régimen. Los sitiados (especialmente Cortés) fueron elevados a la categoría de héroes en los libros que se publicaron y en la película que se hizo en 1949. Si bien el asedio fue muy duro, autores franquistas exageraron los ataques republicanos y sus bombardeos (cuando no se los inventaron directamente), así como la presencia de tropas republicanas (en la inmediata postguerra, hubo autores franquistas que hablaron de hasta doce mil soldados, cuando en realidad la cifra fue mucho menor). No se empezaron las investigaciones libres de esta propaganda y de esta mitificación hasta el retorno de la democracia a España.

Bibliografía:

-Casanova, Julián “España partida en dos” Crítica, Barcelona 2013

-Cuevas Mata, Juan “El bombardeo de Jaén” ARMH y Gráficas La Paz, Torredonjimeno – Jaén 2013

-Extremera Oliván, Antonio “El asedio al santuario de la virgen de la Cabeza” en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses num 202, julio-diciembre 2010 (pags 25-56)

-Pérez Ortega, Manuel Urbano “Ruiseñor de fusiles y desdichas. Jaén en la vida y obra de Miguel Hernández” IEG, Jaén 2010

-Garrido González, Luis “Jaén y la guerra civil (1936-1939)” en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses  num 198, julio-diciembre 2008 (pags 197-226)

-Deltell, Luis “The sanctuary does not surrender. Fantasy, forgiveness and mythology” en Journal of interdisciplinary studies on film in Spanish, Vol. 3, nº. 1-2, 2010

-Cobo Romero, Francisco “El asedio al santuario de santa María de la Cabeza durante la guerra civil. Un intento de desmitificación” en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses  num 176, julio-diciembre 2000 (pags 101-137)

-Programa de Canal Sur Radio (RAI) “La Memoria”

-Artículos de periódico y webs: Eduardo Jordá (diariodesevilla.es), Antonio Marín Muñoz (asedioalsantuario.com), redjaen.es, blogs.canalsur.es/lamemoria, deandujar.com, Nuria López (diariojaen.es), Jose C. González (ideal.es), Elio Mendieta (diariojaen.es), yahoo.es/noticias

Interior del Santuario al terminar el asedio en mayo de 1937 redjaen.es

Interior del Santuario al terminar el asedio en mayo de 1937. Fuente: redjaen.es

4 responses to “El asedio al santuario de santa María de la Cabeza en Andújar.”

  1. Antonio Extremera Oliván says :

    Tan sólo comentar que la fotografía con la que cierra el artículo no pertenece al santuario de la Virgen de la Cabeza.
    Sé que aparece en numerosas publicaciones de la postguerra y que actualmente se sigue reproduciendo como interior del Santuario.
    Es más, creo que la imagen que reproduce fue tomada de una página web que tuve sobre el tema (puse las fotos en sepia para hacerlas más atractivas), lo cual me enorgullece y que yo, a su vez, la tomé y retoqué del libro de Julio Urrutia.
    Si quiere una foto de cómo quedó el interior del templo, le puedo proporcionar alguna.

    • rafaeldegranada says :

      Antes que nada gracias por el aviso, cuando pensé en crear este blog dedicado a la historia, la idea fue (y es) la de hacerlo lo más fidedigno posible, por lo que si esta foto no pertenece al interior del santuario, he de cambiarla. Estaré encantado de recibir alguna foto que me puedas mandar. Puedes hacerlo al correo que aparece en el mismo blog, rlinderuiz@hotmail.com

      Un saludo cordial y gracias de nuevo Antonio.

  2. Javier López says :

    Estimado bloguero. Revisando la bibliografía en la que usted ha basado su artículo, me sorprende enormemente que no figure entre dicha bibliografía el libro de Julio de Urrutia «El cerro de los héroes», con mucho, el mejor libro sobre el asedio. Un saludo.

    Javier López

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